Nacionalistas Autónomos - una guía
A continuación documentamos un manual que busca unificar la comprensión que de si mismos tienen los nacionalistas autónomos: todos aquellos grupos e individuos que luchan por la Nación y que no están adscritos a ningún partido. El manual fue publicado por la revista Widerstandnord en el año 2003.
Nacionalistas autónomos. Un manual.
Las definiciones de los nacionalistas autónomos han sido hasta la fecha una completa arbitrariedad. Cada uno le daba un significado distinto a la palabra “autónomo”, muchas veces según sus antojos personales o posicionamientos políticos particulares. Es por ello que la meta de este manual es mostrar una línea común que pueda servir como argumento fundamental orientador de todos los grupos autónomos de la Resistencia Nacinoal. Este manual no pretende ser un dogma, sino únicamente marcar unos principios orientadores.
La resistencia contra el poder y su opresión debe ser ante todo un posicionamiento mental en cada nacionalista.
Nacionalistas autónomos. Un manual.
Las definiciones de los nacionalistas autónomos han sido hasta la fecha una completa arbitrariedad. Cada uno le daba un significado distinto a la palabra “autónomo”, muchas veces según sus antojos personales o posicionamientos políticos particulares. Es por ello que la meta de este manual es mostrar una línea común que pueda servir como argumento fundamental orientador de todos los grupos autónomos de la Resistencia Nacinoal. Este manual no pretende ser un dogma, sino únicamente marcar unos principios orientadores.
La resistencia contra el poder y su opresión debe ser ante todo un posicionamiento mental en cada nacionalista.
Falta de autoconocimiento
La situación de la Resistencia Nacional y la de los nacionalistas autónomos, ha estado hasta ahora marcada por una importante carencia de comprensión de si misma. Existía una voluntad de cambios políticos a nivel individual y grupal, que solía expresarse mediante una actitud de rebeldia contra los sucesos de nuestro tiempo, pero esa voluntad no se mostraba de un modo cohesionado. Se realizaba principalmente un accionismo callejero, pero sin una clara conciencia de una meta global que pudiera hacer de esa actitud, de todo aquello que los medios oficiales denominan “problema social o del odio”, una verdadera fuerza con capacidad transformadora y revolucionaria. Un posicionamiento propio, definido, es una condición fundamental para que los grupos nacionalistas autónomos puedan llegar a expresarse de una forma unificada y exitosa ante la sociedad. Este posicionamiento debe ser trabajado mediante información y discusiones sobre las cuestiones conflictivas. Se debe crear una identificación lo más completa posible con las propias líneas, que sea unificada, para convertir así esa rebeldía en poder de acción política y revolucionaria. Por desgracia esto es algo que todavía en demasiados casos no sucede debido a una falta de voluntad para superar según qué inercias. Siempre ha sido mucho más fácil acallar la conciencia política con un accionismo rápido e irreflexivo, o calmar la propia rabia hacia unos poderes dominantes adversos con una explosión violenta y ciega, que no tomar unos posicionamientos con contenido y a partir de ellos actuar en consecuencia – a largo plazo – hacia la transformación o supresión de todo aquello con lo que no se está conforme.
Del mismo modo que mientras no se defina una clara voluntad política con contenido y unos claros objetivos permanece cualquier acción sin efecto, sucede también con las actividades y manifestaciones en las que no existe un trabajo antes y después de que éstas tengan lugar, que explique tanto a los asistentes como a la población local los motivos y objetivos de la misma. Antes, miles de personas participaban en las manifestaciones nacionales sin que se sintieran llamados a trabajar y a propagar el contenido de esos actos más allá del momento en el que éstas tenían lugar. La posibilidad de unificar los posicionamientos y los objetivos de los nacionalistas autónomos a través de las manifestaciones y actividades conjuntas, quedaba de este modo malgastada. Una clara consecuencia de esta problemática fue la falta de trabajo de base, dónde en los mejores casos sólo aparecían un par de carteles y algún panfleto al año; y así es muy difícil ganar nuevos simpatizantes para la Resistencia Nacional. Mientras, entre las poblaciones locales las manifestaciones de este tipo liberaban quizás un interés latente básico, pero casi sin ningún poder de convicción con contenido y de efectos a largo plazo.
En un mundo de traidores, nosotros permanecemos fieles.
La a menudo inexistente preparación de los participantes y la nula explicación a la vecindad de los contenidos de las manifestaciones y actividades son tan decisivos en el desinterés general ante las apariciones públicas de la Resistencia Nacional como la propaganda represiva oficial. Los datos confirman de un modo incontestable que la fuerte cifra de manifestaciones de los últimos años no han traido ningún número significativo de nuevos integrantes. En lugar de luchar por la causa en su propio terrento, los militantes de la Resistencia Nacional viajaban por toda la República Alemana como “manifestantes de oficio” sin realizar ningún trabajo previo o posterior en los lugares en los que éstas tenían lugar. A pesar de esta estrategia equivocada y la falta de “trabajo de campo”, entraban nuevos interesados; pero con estos se cometía otro error quizás todavía mayor: en la mayor parte de los casos, caían sin mediación ni preparación alguna en ese círculo vicioso del activismo callejero en lugar de ocuparse del contenido de las posiciones de la Resistencia Nacional y de integrar lo mejor posible a cada uno según sus capacidades personales y nivel de entrega.
Es necesario romper este círculo vicioso y trasladar la lucha política también a los puntos de contenido decisivo.
Sin este inidispensable cambio de dirección nada cambiará en las altas cotas de fluctuación de los grupos autónomos. Muchas personas de gran valor y con espíritu de sacrificio se alejan de este modo de la Causa Nacional.
Ser nacionalista autónomo exige de cada activista iniciativa y autodisciplina.
No pocas veces da la impresión que los grupos de nacionalistas autónomos son tomados por algunos individuos como un lugar de aventuras transitorio en el que uno se puede desfogar un rato o en el que se puede vivir alguna película hollywoodiense. Una de las consecuencias de esta libertad para bufones es la falta de cohesión en el seno de los grupos autónomos. Cada uno es a menudo tan “autónomo” que se cree que puede bailar en todas las bodas, pero sin tomar ninguna labor política firme desde la que poder trabajar y desarrollar la expansión de la Causa Nacional. La ventaja de una libertad organizativa: el poder como nacionalista autónomo involucrarse en todos los campos más allá de cualquier frontera organizativa y legal, cosa decisiva para nuestros objetivos, ha sido hasta ahora confundida en demasiadas ocasiones con irresponsabilidad y/o individualismo, convirtiéndose de este modo esa ventaja en una desventaja para la Resistencia Nacional y sus objetivos generales.
Otros activistas han caido también en la absurda creencia de que la Resistencia Nacional ya puede estar contenta con que colaboren de algún modo en el movimiento. El grado en que este tipo de colaboraciones fueran útiles o no para la Resistencia Nacional no es un tema a discutir: La cuestión está en que toda expansión de nuestro movimiento es imposible con esta mentalidad y por lo tanto esa es una actitud que queda completamente descartada en nuestras filas.
Fue precisamente en el contexto de esta mentalidad en el que se desarrolló la tan dañina charlatanería. Charlatanes y gente que vivian algún personaje, se aprovecharon en el pasado de la desunión y la inconsecuencia generales. Algunos intentaron incluso perfilarse públicamente a través de la red de medios de comunicación de la izquierda antifascista sin ubicarse claramente entre nuestras filas. No hubo hasta entonces ninguna consideración sobre la necesidad de una protección contra la charlatanería porque los peligros que esta entrañaba no habían sido tomados lo suficientemente en cuenta. Pero la tolerancia a la charlatanería y de los que se autorrepresentan en público como bufones utilizando nuestras ideas y nuestra lucha, debilita la causa común y la seriedad de la Resistencia Nacional y no pueden ser tolerados de ningún modo por los nacionalistas autónomos.
Es preferible un no activismo a un activismo indisciplinado y pasota.
También son nocivas las animosidades personales, que desvían y/o bloquean el trabajo constructivo conjunto de la Resistencia porque malusan sus ideas y su influencia política para sus intereses particulares. Sin ninguna consideración ponen el su ego personal por encima de los intereses políticos conjuntos que aparentemente representan y a veces, incluso, extienden sus penosas luchas hasta su entorno de camaradas provocando que haya buenos activistas luchando entre si y no por la la Nación. Este tipo de gente, además, suelen dejar tras de sí un terreno quemado en el que a menudo un trabajo conjunto de verdaderos nacionalistas no es posible incluso durante años. No vamos a lograr ser una verdadera amenaza para los poderes actuales si no comenzamos a cuestionarnos los errores de desarrollo en nuestras filas y, a la vez, a tener el valor de alejar y aislar a partidistas y radicales sin compromiso.
¿Entonces cómo?
Un nacionalista autónomo debe comprenderse a si mismo como un combatiente por la causa de la Nación. Para ello se organiza en forma de grupos en un movimiento que trasciende cualquier partidismo o tendencia, pues su filosofía no se subordina a las exigencias de partidos, comunidades de votantes, asociaciones u organizaciones. Él sólo se subordina a su propia responsabilidad y a su propia voluntad política, que se ordena desde una serie de conceptos básicos. El que un Nacionalista Autónomo se una a un partido o a otro depende de él mismo, pues esta decisión es relativa en primer lugar al panorama político de la región correspondiente, las capacidades del activista en cuestión y a la conveniencia de esa actividad política para los objetivos finales. Es importante en esto que las fuerzas de los nacionalistas autónomos no se desperdicien como finalidad en si, sino que permanezcan en actividad política y que tomen parte en el proceso de formación de una voluntad nacional como meta última, como objetivo final a completar.
Los nacionalistas autónomos no se subordinan a ningún grupo en el que se integren, sino que o trabajan allí construictivamente en una relación de colaboración o lo dejan estar. Ellos se comprenden a si mismos, ante todo, como un factor político en el panorama nacional totalmente independiente a cualquier estructura organizativa externa, alguien que se organiza a si mismo para expresar y ejercer una actividad revolucionaria que busca ser el núcleo del cáncer del Sistema, aquello que acabará derribándolo, y no uno de sus excesos.
La palabra “autónomo” no puede echarse a perder convirtiéndose en una palabra vacía tan usada como poco comprendida a modo de esos eslóganes sin contenido que tanto proliferan. Tras ella tendría y tiene que haber un espíritu que lucha por esta tierra, por su pueblo y por la restitución de la soberanía nacional. No debe servir esto para el ensalzamiento y cuidado de determinadas subculturas, tal y como diariamente pretenden las difamaciones de prensa y medios. La imagen que a través de nuestros enemigos del gobierno, medios de comunicación o grupos de izquierdas se realiza de la gente políticamente orientada hacia la Causa Nacional, no es desde luego la vara con la que nos tenemos que medir, sino todo lo contrario. El que desee definirse a si mismo como Nacionalista Autónomo, no puede tomar la expresión “autónomo” como carta de libertad para hacer lo que le dé la gana, y así ir dañando la labor y el activismo político de todo el colectivo. Nacionalistas Autónomos no pueden presentar un aspecto volátil que pueda llevar a una carencia de compromismo y de continuidad. Así, la palabra “autónomo” no significa estar libre de compromiso y de constancia en el trabajo, sino la obligación a una actividad autodeterminada, autoregulada y orientada a los objetivos y necesidades comunes de todos los nacionalistas autónomos..
¡Polític@! ¿Polític@?
La producción de capacidad política (Nacional) a través de un trabajo cohesionado y continuado debe caracterizar a los nacionalistas autónomos. Charlatanes y personajillos hay entre nosotros ya suficientes y por ello se deben desarrollar mecanismos para acabar con estos llamativos “camaradas” que mediante la charlatanería y la “representación de si mismos” hacen mucho ruido pero que en realidad sólo sirven a su ego y desvían y bloquean nuestra voluntad colectiva. Esto también es válido para aquellos que ponen las disputas personales por encima de los intereses colectivos. Todos ellos deben ser evitados y aislados. Luchar políticamente por el desarrollo activo del nacionalismo en nuestro sentido, significa pensar más allá de las consideraciones partidistas y/o personalistas. Significa también estar dispuesto por voluntad propia a dar y sacrificar mucho mas de lo que un viciado grupo de (pseudo-)patriotas de bar pueda llegar jamás a ofrecer, ni aunque se lo propusieran. El Nacionalismo Autónomo, apartidista y ajeno a cualquier organización, no es ninguna ideología para gandules que buscan vivir de esto o montar movidas para llamar la atención sobre su persona. Determinados “camaradas” con su ya bien conocida mentalidad de “hoy no, ya veremos mañana” tampoco tienen cabida aquí, niegan el concepto de activismo político - al que perjudican decisivamente.
Capacidad política no significa moverse y expresarse sin constancia frente a los problemas fundamentales de la actualidad política, echarse atrás y luego buscarse un puestecito cómodo entre los grupos patriotas.
"La cuestión no es defender a unos determinados partidos, líderes o subculturas. La cuestión es la Resistencia Nacional como movimiento transformador y revolucionario"
¡Nacionalismo Autónomo!
Cuando actualmente hablamos de “Nacionalismo Autónomo”, estamos hablando de una idea revolucionaria que expresa una posición mental decisiva y no una puerta de atrás para todos aquellos que desean picotear las guindas mas sabrosas y agradables de ese pastel para su ego que ellos creen que es nuestra causa. Esta posición mental se halla fundamentalmente por encima de cualquier disputa personal y/o partidista, ya que busca englobar la totalidad de la voluntad política de la Resistencia Nacional.
Debería quedar claro que los campos de acción cuyo contenido sea llenado por los nacionalistas autónomos sólo respresentarán una posibilidad más de la actividad política y no la panacea (el método curalotodo) para los problemas que asolan nuestra patria. A menudo algunos camaradas se enredan tanto en determinados campos de acción particulares que luego no les queda espacio ni tiempo para las cuestiones más fundamentales. Se crean estructuras tan excesivas que dejan de ser efectivas y hacen perder el tiempo a los activistas que incluso pueden producir resignación y pasotismo. Por ejemplo, un grado pertinentemente elevado de actividad en internet, como medio de contacto entre gente activa que simpatice con las mismas ideas, es deseable, pero esta actividad informática por parte de particulares y grupos debe tener siempre como meta el aumentar la capacidad combativa en relación al tiempo y los esfuerzos invertidos en ella. También es necesario evitar la situación de saturación de los camaradas con actos e informaciones en red que les haga perder de vista la meta fundamental: llevar a cabo el proceso de formación de una voluntad nacional hasta el final. El camino no puede ser nunca la meta, sino aquello que nos conduzca hacia ella.
Lo que queremos
Nuestro deseo es reunir los nacionalistas autónomos y coordinar las actividades conjuntas a través de internet y otros medios de contacto. Nosotros debemos ser más capaces políticamente y llevar con un mayor éxito nuestros posicionamientos políticos a la sociedad. Esto se puede llevar a cabo mediante enseñanzas, proyectos mediáticos, campañas conjuntas bien trabajadas, encuentros coordinados, proyectos de diarios, etc. En última instancia el éxito depende de la autocomprensión revolucionaria de cada uno de los nacionalistas autónomos. Nosotros deseamos mostrar únicamente un marco en el que nuestra lucha contra el sistema pueda llegar a arrojar resultados. Su contenido, debe ser rellenado por cada individuo, por cada grupo activo y su disposición para la acción. El “volver a ser visibles” a corto plazo debe ser nuestro primer compromiso.
En este sentido queremos darle una forma al Nacionalismo Autónomo a través de un trabajo político revolucionario continuado, cohesionado y de contenido interno - para desde ahí hacerlo externamente visible.
NOSOTROS NO SOMOS ÚNICAMENTE RESPONSABLES DE LO QUE HACEMOS... ...SINO TAMBIÉN DE LO QUE DEJAMOS HACER.
Cuando hablais de patria o Nación. ¿A que patria o nación os referis?
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